Desde 1979, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación conmemora cada 16 de octubre la fecha de su fundación en 1945. Su finalidad es concienciar a las poblaciones sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza.
Por primera vez en 15 años se ha constatado una reducción del hambre a nivel global: cayó de 1 023 millones en 2009 a 925 millones en 2010, con una importante reducción en la región de Asia Pacífico.
Sin embargo, sigue siendo inaceptable que casi mil millones de personas sufran hambre.
ECOTIRA
La agricultura sostenible es clave para alimentar a una población creciente y acabar con el hambre del mundo, donde la mayor parte de los agricultores son pequeños y su propio acceso a los alimentos es insuficiente o precario.
Para que está situación cambie y se desarrolle la agricultura, se necesita inversión en infraestructuras en aquellas zonas rurales con escasos recursos hídricos, energéticos y de comunicación. Pero además, es preciso impulsar la biodiversidad mediante una variedad de cultivos que se adapten a terrenos y climas difíciles y animales resistentes a las enfermedades.
Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen acceso, en todo momento, a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias a fin de llevar una vida activa y sana.
Este objetivo se logra a través de un conjunto de acciones y políticas que incluyen el apoyo a la producción para autoconsumo y la producción de los pequeños agricultores, y el fortalecimiento de los sistemas de protección social.
TASTE THE WASTE
Taste the Waste - Trailer from bosrtv on Vimeo.
Aditivos potencialmente perjudiciales para la salud.
Los aditivos son imprescindibles en muchos alimentos procesados y envasados, y no suponen ningún riesgo para la salud, siempre que su consumo sea moderado. De hecho, es al revés: los alimentos serían mucho más peligrosos si no llevaran conservantes, antioxidantes y otras sustancias autorizadas.
Pero como siempre, hay excepciones. Existen ciertos aditivos cuyo consumo puede ser potencialmente perjudicial para la salud, y más aún cuando se ingieren en exceso. Por eso merece la pena pasar un rato leyendo las etiquetas de los productos envasados para ver cuál es su composición, y evitar en lo posible dichas sustancias.
La letra E es la que identifica a estas sustancias, que suelen dividirse en cuatro grupos básicos: colorantes, conservantes, estabilizantes y antioxidantes. Dentro de estos grupos hay otros más pequeños, como los emulgentes, acidulantes, potenciadores del sabor…
Las “Es” que hay que vigilar son las siguientes: E-102, un colorante llamado tartracina que puede causar reacciones alérgicas a las personas con asma; E-123, otro colorante (amaranto) potencialmente cancerígeno; E-154, un colorante más cuyo exceso se acumula en el riñón y en los vasos linfáticos; E-220, un conservante que puede causar dolor de cabeza o problemas digestivos; y los E-310, 311, 312, 320 y 321, que son antioxidantes cuyo uso está prohibido en los alimentos infantiles.
POLAR BEAR
ECOLECTURA
“EL HAMBRE QUE VIENE”: la crisis alimentaria y sus consecuencias.
Autor: Paul Roberts.
Ediciones B, 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario