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domingo, 28 de junio de 2009

La contaminación lumínica es un término genérico que indica la suma de todos los efectos adversos de la luz artificial. Uno de los aspectos más perjudiciales para la astronomía es el brillo o resplandor de luz en el cielo nocturno producido por la reflexión y difusión de luz artificial en los gases y partículas de aire por el uso de luminarias inadecuadas que envían luz directa hacia el cielo o fuera de la zona a iluminar y/o por los excesos de iluminación.

En el modelo luminotécnico vigente prima el deslumbramiento, dado que se basa en la errónea creencia de que el exceso de luz incrementa la visibilidad para los ciudadanos, cuando en realidad el resultado es precisamente el contrario. Los defensores de la noche eléctrica basan su sed de iluminación en conceptos que socialmente han demostrado en cientos de estudios ser erróneos o inútiles.


Conceptos tales como la falsa seguridad, al afirmar que una ciudad o carretera profusamente iluminada es una ciudad segura, o el de ostentación lumínica que se confunde con calidad de vida, prosperidad o riqueza. En cualquier caso, aún aceptando estos argumentos, lo que no tiene ningún sentido es alumbrar el cielo en base a diseños y conceptos de iluminación poco responsables, simplemente porque es absurdo gastar energía en iluminar el firmamento, dado que lo que se pretende finalmente es iluminar el terreno o el interior de nuestras viviendas o recintos. No saber dirigir la iluminación hacia donde hace falta es un acto tan poco inteligente como no tener capacidad para elegir la intensidad de la iluminación adecuada en cada caso, ya que un ámbito sobreiluminado puede ser más inseguro y evidentemente más desagradable que un ámbito iluminado de forma racional.

Evitar la contaminación lumínica del cielo es una de las pocas problemáticas medioambientales cuya solución es rentable, máxime si al concepto de eliminar la "iluminación inútil", le añadimos el de eficiencia energética. La mayor parte de las experiencias de sustituir el alumbrado público convencional por luminarias bien apantalladas y dirigidas a donde tienen que iluminar y que además tienen la propiedad de ser de bajo consumo, muestra que los consumos energéticos se reducen entre un 25 y un 30%.


Tal reducción afecta no sólo al gasto y a la gestión sostenible de los recursos energéticos, sino que evidentemente tiene un efecto medioambiental positivo en relación a la reducción de los gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera que, como sabemos, constituye otro factor de reducción de la calidad del cielo nocturno. Un efecto positivo que se acrecienta a la hora de elegir entre luminarias muy poco contaminantes como las de vapor de sodio a baja presión o luminarias ambientalmente nocivas como las de vapor de mercurio o las de halogenuros metálicos.

Disfrutar de un cielo estrellado tiene por lo tanto mucho que ver con nuestro concepto de cómo usar racionalmente la energía, no sólo en materia de gestión inteligente de la iluminación, sino también en aspectos relativos a las decisiones sobre el transporte o la opción de las energías renovables que afectan directamente a la calidad de la atmósfera. Tanto es así, que podría afirmarse que una comunidad energéticamente sostenible es una comunidad capaz de disfrutar del cielo nocturno.


La contaminación lumínica que genera el crecimiento de las ciudades crea un resplandor por las noches que impide ver las estrellas, hasta el punto de que el 70 por ciento de la población en el norte de Europa no puede admirar las constelaciones en el cielo.
Por eso un grupo de científicos de un observatorio en los Pirineos propone crear una reserva anti contaminación lumínica. Mapa visual de contaminación lumínica: España y Portugal.
Las estrellas están en peligro de extinción, no porque vayan a desaparecer del espacio, sino porque cada vez será más difícil verlas desde la Tierra.
Por cada luz que se enciende se apaga una estrella.


Proyecto Startlight objetivos

Promover la Declaración Mundial sobre el Derecho a la Luz de las Estrellas como patrimonio común de la humanidad.

· Impulsar las acciones internacionales en defensa de la calidad del cielo nocturno y de la observación de las estrellas, reforzando el derecho a su aprovechamiento y disfrute como recurso científico cultural, medioambiental, y vector de desarrollo tecnológico en beneficio de la humanidad.

· Contribuir a generalizar la cultura de valorización de la Luz de las Estrellas, garantizando su acceso por las generaciones actuales y futuras.

· Hacer un llamamiento internacional sobre la necesidad de limitar los impactos sobre la calidad de observación del cielo relativos a la contaminación lumínica, radioeléctrica y atmosférica, incluyendo el impacto de las rutas aéreas sobre las áreas de observación astrofísica.

· Promover la conciencia ciudadana sobre el derecho personal a la contemplación de las estrellas y a la conservación de los paisajes nocturnos.

· Identificar y promover iniciativas de valorización del patrimonio cultural material e inmaterial relacionado con la luz de las estrellas, reforzando así el conocimiento del cielo y de la diversidad de manifestaciones culturales asociadas.

· Abrir una ventana a las nuevas formas de turismo sostenible y creativo que promuevan el firmamento y la luz de las estrellas como un recurso básico en destinos turísticos responsables, con especial atención a los sitios declarados patrimonio de la humanidad, reservas de biosfera y ámbitos de observación astrofísica.

· Generar propuestas de protección de la calidad del cielo nocturno y promover la creación de espacios privilegiados para la observación de las estrellas, promoviendo campañas y acuerdos internacionales para la consolidación de una auténtica red de "Reservas del Cielo de las Estrellas" como ventanas reales del firmamento.

· Promover el concepto "Reservas del Cielo Nocturno" en los espacios naturales protegidos y zonas limítrofes, como factor clave en la estrategia de conservación de la biodiversidad y de las manifestaciones de la vida nocturna: "la vida se manifiesta 24 horas al día".

· Desarrollar la iniciativa de cielos limpios en el marco de la Red Mundial de Reservas de Biosfera de la UNESCO, dado su carácter de laboratorios de la ciencia y el desarrollo sostenible, así como su capacidad de actuar como referentes mundiales de valorización de los recursos ambientales.

· Desarrollar la propuesta de creación de una red internacional de instituciones y entidades en favor de la calidad de la luz del cielo nocturno y el derecho a la observación de las estrellas.

· Identificar, difundir y promover iniciativas legislativas locales, nacionales e internacionales que posibiliten la protección de este patrimonio para la ciencia, el desarrollo y la cultura.

· Contribuir a difundir los beneficios asociados al desarrollo de la astrofísica y de los observatorios, en sus dimensiones tecnológicas, industriales y de generación de empleo, así como su influencia en el avance de otras aplicaciones de interés social.


Contaminación luminica

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