Espectáculos tan bellos y mágicos como el que se describe a continuación, un poema visual que nadie debería perderse.
Para el observador, una aurora es un espectáculo fascinante, moviéndose y cambiando constantemente. Por lo general, consta de muchos rayos verdosos casi verticales, que forman largos arcos y cortinas, que se estiran como cordones a lo largo del cielo y que muchas veces abarcan todo el horizonte. Los rayos se desvanecen constantemente, mientras otros aparecen, y durante las "subtormentas magnéticas" los arcos se mueven rápidamente y se expanden.
¿Qué son las auroras boreales?
La aurora boreal, algunos científicos la llaman “Aurora Polar” (o “aurora polaris”), es el brillo causado en la ionosfera de la Tierra por la interacción de su campo magnético con partículas cargadas procedentes del viento Solar.
Son brillos que aparecen en el cielo nocturno en los polos o en regiones cerca de los polos, boreal significa norte ya que en Europa, Finlandia y sus países adyacentes, se aprecia en un tono rojizo. La Aurora Boreal se puede apreciar de septiembre a octubre y de marzo a abril. Las mejores horas para observarlas están entre las 23:00 y las 2:00 de la mañana.
Se produce cuando las partículas que emite el sol con el viento solar chocan contra la atmósfera terrestre, más concretamente contra la magnetosfera, donde juega un papel principal la cola de la magnetosfera.
El choque de estas partículas (electrones, protones y partículas alfa) libera una gran cantidad de energía en forma de luces con tonalidades rojas, verdes, azules y/o violetas.
Ubicación
La luz de la aurora se produce a una altura de unos 100 km (60 millas) cuando los electrones rápidos que llegan del espacio golpean los átomos y las moléculas de la atmósfera.
La ubicación de las auroras sobre la Tierra está muy dominada por el magnetismo terrestre. En el siglo XIX se observó que ocurrían más frecuentemente en un cinturón estrecho, la " zona auroral ", que circunvala el polo magnético. Sus arcos y cordones también están alineados aproximadamente con esa zona. Los círculos dibujados a la izquierda están centrados sobre el polo norte magnético y el "circulo de fuego" auroral esta alineado, evidentemente con ellos.
La correspondencia magnética también está demostrada por el hecho de que los rayos de la aurora se sitúan a lo largo de las líneas del campo magnético y que en el campo magnético terrestre se observa por debajo una aurora brillante y activa que tiende a perturbarse.
¿Cuándo se producen?
El brillo de la aurora se produce cuando el viento Solar, choca con las partículas de las capas altas de la atmósfera terrestre, a veces, se ve reforzado por partículas subatómicas de alta energía procedentes de la manchas solares. Estas partículas colisionan con las moléculas de gas de la atmósfera, excitándolas y produciendo luminiscencia, es decir, la emisión de luz visible.
Características de las auroras boreales
Las auroras boreales adoptan una inmensa variedad de formas, pero las más destacadas son :
-El arco auroral, un arco luminoso que cruza el meridiano magnético, generalmente de color amarillento.
-La banda auroral, que suele ser más ancha y mucho más irregular que el arco.
-Los filamentos y luces ondulantes perpendiculares al arco o la banda.
- La corona boreal, un círculo luminoso interno, cerca del cenit, no suele ser visible.
-Las nubes aurorales, masas nebulosas difusas que pueden aparecer en cualquier parte del cielo.
-El brillo auroral, un fenómeno luminoso situado a gran altura sobre el horizonte, con filamentos que convergen hacia el cenit; cortinas, abanicos, llamas o luces ondulantes de distintas formas.
Formas
Durante una noche, la aurora puede comenzar como un arco aislado muy alargado que se va extendiendo en el horizonte, generalmente en dirección este-oeste. Cerca de la medianoche el arco puede comenzar a incrementar su brillo. Comienzan a formarse ondas o rizos a lo largo del arco y también estructuras verticales que se parecen a rayos de luz muy alargados y delgados. De repente la totalidad del cielo puede llenarse de bandas y rayos de luz que se mueven rápidamente de horizonte a horizonte. La actividad puede durar desde unos pocos minutos hasta horas. Cuando se aproxima el alba todo el proceso parece calmarse y tan sólo algunas pequeñas zonas del cielo aparecen brillantes hasta que llega la mañana. Aunque lo descrito es una noche típica de auroras, nos podemos encontrar múltiples variaciones sobre el mismo tema.
Colores
Los colores de la aurora dependen, sobre todo, de la velocidad del viento solar como de los átomos que intervienen en dicho choque:
Cuando el viento solar es relativamente lento, los corpúsculos que penetran en la atmósfera se quedan apenas en las capas superiores. En este caso, si la colisión se produce fundamentalmente con átomos de oxígeno a 400 km. de altura o más, la aurora resultante será rojiza. Las partículas solares más rápidas, en cambio, penetran más hondo en nuestra atmósfera. Si el choque se produce sobre todo con oxígeno molecular y a unos 150 km. sobre el nivel del mar, las formaciones visibles aparecerán de color verde amarillento.
El color verde de la aurora tiene un color definido de forma precisa en el espectro ("línea espectral estrecha"). Esos colores exactos son normalmente las firmas de los átomos que los emiten: por ejemplo, las farolas (dependiendo del vapor metálico que contengan) emiten generalmente la luz amarillo-naranja del sodio o la luz azulada del mercurio.
La luz verde de la aurora desconcertó a los científicos durante muchos años, puesto que no se adaptaba a ningún elemento conocido. Parece estar producida por átomos de oxígeno, pero bajo condiciones que, en nuestra atmósfera, solo existen a niveles altos muy rarificados. La aurora roja, vista en ocasiones, surge aún a mayores alturas y también se produce por electrones que golpean al oxígeno.
Por último las partículas más veloces, las que penetran hasta los 90 km. por encima de nuestras cabezas, producen brillantes auroras de colores rojo y azul cuando chocan fundamentalmente con moléculas de nitrógeno.
Sonidos
El sonido son extraños crujidos que producen, es un sonido insólito y se parece a varios sonidos conocidos; al crepitar de la electricidad estática, al caminar por encima de los hojas y la hierva seca.
Contemplando la aurora desde el espacio
Hoy en día, los satélites observan la aurora desde arriba, usando cámaras más sensitivas que el ojo humano. Pueden "ver" la aurora la mayoría de las veces sobre las partes oscuras del casquete polar, formando una gran "aurora oval" que se extiende alrededor del polo magnético.
Auroras en otros planetas
Este fenómeno no está restringido a la Tierra. Otros planetas del Sistema Solar muestran fenómenos análogos, como es el caso de Júpiter y Saturno que poseen campos magnéticos más fuertes que la tierra (Urano, Neptuno y Mercurio también poseen campos magnéticos), y ambos poseen amplios cinturones de radiación. Las auroras han sido observadas en ambos planetas, con el telescopio Hubble.
Estas auroras, al parecer, son causadas por el viento solar; además, las lunas de Júpiter, especialmente Ío, son fuentes importantes de auroras. Esto se produce debido a corrientes eléctricas a lo largo de unas líneas, generadas por un mecanismo dínamo causado por el movimiento relativo entre el planeta y sus lunas. Ío, que posee volcanes activos e ionosfera, es una fuente particularmente fuerte, y sus corrientes generan, a su vez, emisiones de radio, estudiadas desde 1955.
Las auroras han sido detectadas también en Marte por la nave Mars Express, durante unas observaciones realizadas en 2004 y publicadas un año más tarde. Marte carece de un campo magnético análogo al terrestre, pero sí posee campos locales, asociados a su corteza. Son éstos, al parecer, los responsables de las auroras en este planeta.
Video auroras boreales